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domingo, 22 de marzo de 2009

Diario de Paul






Hace unas horas llegamos a Kent.

Alexandra se fue a descansar un poco a su habitación antes de visitar al Señor Doyle. A mi me ha dado tiempo a visitar un lago cercano al Rose & Gourd, nuestro lugar de hospedaje.

El viaje ha durado dos días y ha sido bastante aburrido. Lo único que me ha mantenido de buen humor han sido las paradas, ya que aprovechaba para hablar a solas con mi querida Alexandra y para pasear un poco por los encantadores parajes que flanqueaban nuestro camino.

Los señores Kelsey son sin duda las personas más aburridas que he conocido jamás.

Ella sólo hablaba sobre su hija, la señorita Hellen Kelsey, que esta comprometida con Lord Shurley. Lo único que sabía repetir es que, sin duda, sería un matrimonio muy ventajoso.

A veces, durante el viaje, incluso me preguntaba a mi cosas sobre mi familia y mi fortuna. En esos momentos, Alexandra solía enrojecer e intentaba esconderse con el libro que estaba leyendo.

Intenté más de una vez entablar conversación con el Señor Kelsey, pero cuando le hablaba de algo era su mujer quien contestaba. Incluso cuando le pregunté por la pesca, que según me dijo Alexandra, era uno de los temas preferidos de su tío.

Espero tener más tiempo a solas con Alexandra, aunque no se si eso será posible. A veces me es imposible reprimir el amor que me invade al verla.

Estoy decidido a pedirle matrimonio cuando volvamos a Londres.

Paul

jueves, 19 de marzo de 2009

Diario de Paul


Han pasado dos semanas desde que Daniel murió y Alexandra sigue obsesionada. Ayer me citó en la biblioteca para enseñarme el cuaderno de anotaciones de su hermano.

No hacía alusión a la extraña nota, que también me mostró Alex.

Red...

¿Quién será esta extraña mujer?

¿Quizá Daniel vivió un romance con ella?

Nadie se suicidaría por algo así.

Alexandra me ha pedido que la acompañe al condado de Kent. Quiere hablar con Thomas Doyle, antiguo compañero de universidad de Daniel.

No me queda más remedio que acompañarla, ya que en modo alguno podría viajar a solas con sus tíos, los señores de Kelsey. Sólo añadirían pesar a su estado actual.

La Señora Kelsey ha pasado dos largos e insufribles días lamentandose por el estado de la casa Bavoir y del más que trágico incidente de Daniel. Parece dominar al Señor Kelsey, que sólo asiente, suspira y mira a través de las ventanas, añorando un poco de tranquilidad.

No entiendo como una persona tan frágil como Alexandra puede soportar todo ésto. Su madre viajará mañana a York, donde pasará un tiempo con su hermana, la viuda Señora Fellon.

Muchas dudas me asaltan...quizá demasiadas.

Mis sentimientos con respecto a Alexandra no han cambiado, pero no es momento para volver a repetirle lo que creo le desagradó tanto hace dos veranos.

Lo mejor será ayudarla cuanto pueda e intentar esclarecer lo sucedido con Daniel y esa mujer.

Paul

Diario de Paul

No puedo creer que llegara tan tarde.

Alexandra casi no podía hablar y siento que no soportará esta situación.

Mande llamar a su madre y parientes más cercanos.

Siento tanto no haber sido yo quien lo encontrara. Debe ser horrible encontrar a un ser querido sin vida.

Que Dios tenga a bien perdonarle. Que Dios nos perdone a todos.

Los funerales comenzaran en dos días.

Londres entero llora la perdida del miembro más joven de la familia Bavoir.

Paul

Diario de Paul

Mi viaje a Londres es del todo inesperado. Mis padres están en Birmingam y, por suerte, pude escabullirme sin tener que dar explicaciones.
Es toda una sorpresa que Alex me halla enviado una carta. Después de lo que paso entre nosotros, creí perdida toda esperanza.
Debe estar pasándolo muy mal.
Realmente creo que mi ayuda no servirá para nada, porque hasta donde conozco a Daniel, no es un hombre de fácil trato.
Con veintisiete años de edad, jamás necesito ay
uda. Es francamente testarudo y déspota.
Espero que cambie, teniendo en cuenta la actual situación.
Ésto me evitaría tener que separarme de Alexandra por un tiempo.
Estoy lleno de esperanzas...
Mañana temprano estaré en Londres y creo que no podre dormir.



Paul